Nuestra experiencia nos ha enseñado que la exportación es un proyecto a largo plazo, que tiene menos que ver con el hecho concreto de la venta, que con la búsqueda y posicionamiento correcto del producto en el mercado óptimo.
En un mercado progresivamente más globalizado, donde las herramientas de comunicación son cada vez más accesibles a todas las empresas, resulta cada día más fácil darse a conocer en otros países.
Si a esto le sumamos las reducciones del coste de transporte que posibilitan un mayor intercambio comercial, provoca que nuestro mercado nacional se vea reducido constantemente por la penetración de productos extranjeros.
Para mantener nuestros niveles de producción y crecimiento, las empresas españolas deben internacionalizarse.
Se entiende por «Internacionalización de la empresa», el conjunto de actividades que la empresa desarrolla fuera de su entorno geográfico natural (mercado doméstico) y todos aquellos procesos que conllevan la adaptación del producto o servicio a otros mercados.
Cuanto mayor sea la actividad que se realice en el exterior o mayor sea la adaptación de productos/servicios y comunicación a los mercados exteriores, mayor será su grado de internacionalización.